La jornada inició con reflexiones sobre el rol docente a través de títeres.
El Obispo Diocesano explicó que la Educación es una obra espiritual, ya que se da entre personas que tienen corazón, y es justamente el componente espiritual lo que la distingue de la mera instrucción, amaestramiento o doma. "La educación es dar al cuerpo y al alma toda la belleza de que son capaces. Es iluminar la inteligencia, afinar la sensibilidad y fortalecer la voluntad", refirió. "La educación es enseñar a pensar, a pensar bien, no sólo con la cabeza, sino con el corazón", continuó.
Además, García criticó el frenesí consumista que mueve a los hombres, que genera su propia cosificación.
Luego se propuso que cada colegio trabajase en equipo para determinar qué es lo que se necesita para ser un maestro de la Misericordia, siguiendo el ejemplo de Jesús, y para que la escuela funcione en sintonía con el concepto de la educación como obra espiritual.
Los docentes y administrativos del Colegio debatieron acerca de la consigna propuesta y determinaron que es primordial el trabajo en equipo, lo que otorga una visión más holística del educando. Compararon a la institución con un cuerpo humano, el cual no funciona como brazos, piernas y cabeza por separado, sino como un todo, que es más que la suma de las partes.